¿Alguna vez has alimentado a un amante sólo con tus manos? ¿Has cerrado tus ojos y has confiado, simplemente confiado? ¿Alguna vez has lanzado un puñado de purpurina al aire? ¿Alguna vez has mirado al miedo cara a cara y has dicho “No me importa”? Es sólo la mitad del camino al punto sin retorno, la punta del iceberg, el sol antes de la quemadura, el trueno antes del relámpago, la respiración antes de la frase. ¿Alguna vez te has sentido así?
¿Alguna vez te has odiado por mirar fijamente al teléfono? Tu vida entera esperando a que sonara para probar que no estás sola. ¿Alguna vez te han tocado tan suavemente que tuviste que llorar? ¿Alguna vez has invitado a un extraño a pasar dentro? Es sólo la mitad del camino al punto del olvido, el reloj de arena sobre la mesa, el paseo antes de correr, la respiración antes del beso y el miedo antes de las llamas. ¿Alguna vez te has sentido así?
Ahí estás, sentado en el jardín, agarrando mi café, llamándome “amor mío”. Me llamaste “amor mío”. ¿Alguna vez has deseado una noche sin fin? ¿Has cogido con un lazo la luna y las estrellas y tirado de la cuerda? ¿Alguna vez has aguantado la respiración y te has preguntado “podrá algo superar esta noche”?
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