domingo, 9 de enero de 2011

Lo que rompiste entre mi pecho y mi espalda.

Hoy ya es domingo, bueno ya es lunes puesto que son más de las 4 de la mañana, quedan tan solo horas para volver a la rutina. No puedo dormir, mi cabeza no me lo permite aunque mi cuerpo lo pida a gritos. Mi corazón es el primero que quiere descansar, quiere dormir como el borracho quiere beber para olvidarse de sus males e intentar curar así sus heridas. Porque mi corazón se siente impotente por no poder sacar a la superficie todo lo que siente y pedir una respuesta, un qué pasó. Mi corazón quiere soñar, quiere no verse tan imbécil frente a esta situación, quiere soñar contigo y sin tener que ser en una pesadilla y levantarse sudorosa durante la madrugada. Mi corazón ya no quiere verse solo, pide a gritos silenciosos un abrazo tuyo, necesita que tu voz le susurre al oído un “nunca más te volveré a dejar solo” y un “te quiero” más claro que el agua de manatial y más sincero que un niño.


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